27 Festival de Música de Alicante

Artistas: Concha Jerez y José Iges

Título Performance: Traslaciones de 4’33»

Fecha: 23.09.2011

Lugar: Maca. Salas de exposiciones y Salón de actos.

Organiza: Ministerio de Cultura a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM

TRASLACIONES DE 4’33»

El término traslaciones da cuenta somera de las operaciones que se pondrán en juego en el transcurso de estas dos obras, ambas pertenecientes al género de la Performance InterMedia. En sus títulos respectivos se encuentra como término común la duración 4’33», pues es el elemento temporal medidor de las diferentes acciones a desarrollar en ellas. Elegimos ese patrón temporal por ser un emblema de la modernidad. No hay otras referencias explícitas hacia la estética o el pensamiento de Cage tras ese gesto.

Según la Física, una traslación es un movimiento en el cual se modifica la posición de un objeto. También se considera traslación a una operación sobre los objetos. En nuestro caso, naturalmente se emplean esas nociones de modo metafórico -lo cual nos lleva también, etimológicamente, a la noción de transporte-, aunque aquí se trata de trabajar con livianos materiales y con elementos inmateriales, sobre los que se aplican planteamientos herederos de la práctica conceptual y del accionismo sonoro y visual.

Las traslaciones de la primera obra CUATRO VISITAS GUIADAS DE 4’33’‘, las realiza motriz y verbalmente Concha Jerez con referencia a algunas obras del Museo de Arte Contemporaneo de Alicante. Es una serie de cuatro acciones in situ en espacios concretos de las salas del Museo, incidiendo sobre un formato comunicativo entroncado en la tradición museística como es la visita guiada, tomada aquí por la autora como un Medio. Cada una de esas acciones permitirá organizar en 4’33» gestos y sonidos en el espacio del Museo entre espectadores y autores / intérpretes, en un tiempo único e irrepetible.

La segunda obra SEIS PAISAJES DE 4’33» realizada por Concha Jerez y José Iges, tiene que ver con la desaparición del mundo real. Lo que llamamos realidad no es sino «la ficción dominante, la ficción consensual, la que niega su carácter de ficción haciéndose pasar por lo real mismo» (Jacques Ranciére). Hay por tanto multitud de relatos posibles, y la ficción artística debería servir para socavar ese «tejido consensual de lo real». Eso es lo que pretendemos con todo el entramado de sonidos que se funden en las distintas partes de la obra. Esos sonidos vienen de lugares y tiempos distantes entre sí, conviven en un único espacio y toman forma en él.

Cuando procedemos así, consideramos que las muestras sonoras empleadas son más que anécdotas y menos que documentos. Son «espectros».

La operación doble de emplear muestras sonoras y de hacerlo para construir nuevas realidades -o más bien nuevas ficciones, nuevos relatos- provoca una doble desaparición de lo real. Esa operación es una traslación que nos remite a esos lugares, seres, espacios; pero al proyectarlos en otro contexto les privamos de representatividad, los convertimos en espectros de ellos mismos.

Quizá toda traslación, así considerada, sea un puro acto creador y a la vez un ejercicio de negación.

Concha Jerez y José Iges

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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