La leve cuesta que nos lleva hacia el MACA siguiendo la calle Mayor nos hace mirar hacia el suelo. Quizá sea la causa ese camino empedrado, pero, desde luego, cuando alzas la mirada al llegar al museo, la vista es digna de admiración. Si además sabemos dónde mirar, durante el camino, casi de soslayo, pueden verse las antiguas ruinas de la ciudad, la Puerta Ferrisa… Todo enmarcado en un ambiente urbano donde lo viejo y lo nuevo se encuentran.
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