“Una caja fortísima que, como buena caja fuerte, guarda un tesoro en su interior”
Alberto Campo Baeza, sobre el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante
Los patios de canicas del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante se encuentran en la tercera planta, donde hay una sala expositiva con acceso a los tres patios.
Dice Juan Miguel Hernández León en Construir la sensación que aquello de que mirar o sentir la arquitectura es un falso dilema tiene su demostración en la apreciación de este museo, en cómo nos sentimos afectados por la modulación del vacío. Lo que proviene de la proyección de los planos monocromáticos en los techos altos, o de los reflejos de la luz en los suelos de los patios exteriores, recubiertos de canicas de cristal coloreado. Con lo que el tiempo, es decir, el cambio, se incorpora a nuestra experiencia.
Las canicas son un elemento más de la arquitectura de esta obra de Juan Carlos Sancho Osinaga y Sol Madrilejos, en la que la textura y geometría constituyen el sentido del edificio.
Dependiendo de la luz y del color de las piedras, los patios de canicas se convierten en un patio espejo, en uno blanco o en uno dorado.
Como aquellas poéticas contemporáneas que no han sucumbido a la tentación de lo orgánico, la arquitectura del MACA se mantiene en ese frágil límite entre lo formal y lo aformal, donde surge la posibilidad de la existencia, y el reconocimiento, de conexiones entre elementos heterogéneos.
Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. Sancho Madridejos