Julio López Hernández [Madrid en 1930 – 8 de Mayo 2018]
Pronto se inicia en la práctica en la escultura en el taller paterno fundado por su abuelo, orfebre. Después de la Guerra Civil inicia los estudios de Formación Profesional, Ingeniería Técnica y en la Escuela de Artes y Oficios ingresando, en 1949, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Es en esa época traba amistad con Lucio Muñoz y Antonio López.
De sus primeras obras, tallas religiosas, pasa a dejarse influenciar por los trabajos de Henri Moore y Marino Marini (ver obras como «habitante» o «nemoroso») definiendo pronto su propio estilo: el realismo. Participa en el Proyecto de Escuela de Escultores de Coca (1951-52) donde conoce a César Montaña y Eduardo Capa. En 1962 contrae matrimonio con Esperanza Parada y nace su hija Esperanza y en 1964 su hija Marcela, modelos ambas, de muchas de sus obras. Trabaja sobre todo con el bronce realizando desde piezas a tamaño natural hasta las medallas, apartado éste, que eleva al máximo nivel. Pero es quizás en la serie dedicada a los «fragmentos» donde el artista encuentra su medio de expresión más revelador. Obras magníficas de esta serie son: «el tesoro de Marcela», de 1970 o «el umbral», de 1997. Obtiene plaza de Profesor de Modelado de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid en 1970. Entre otras distinciones, resaltar que en 1986 ingresa como Académico en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En 1955 participó en una exposición colectiva organizada por la Dirección General de Bellas Artes y en 1960 obtuvo por oposición la plaza de modelador en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, de la que fue profesor.
En 1980 celebró en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, de Madrid, una exposición antológica organizada por la Dirección General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, en la que se expusieron 130 obras de su trayectoria artística desde 1954. Dos años después, recibía el Premio Nacional de Artes Plásticas, en la modalidad de escultura, por un boceto del monumento a Jorge Manrique erigido en Paredes de Nava (Palencia). Además, creó la medalla que otorga la Fundación Areces con motivo de la inauguración de la sede rehabilitada de la Fundación Carlos de Amberes.
Ligado a la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, para la que realizó numerosas medallas, algunas de sus obras figuran en el museo de la Medalla (dentro de la Casa de la Moneda) y en el Museo Figueira de Foz en Portugal.
Entre sus obras principales destacan El manuscrito, realizada en bronce de 1972 a 1973; Parte de su familia, datado en 1972; y Esperanza: la presencia de lo cotidiano, entre 1977 y 1978. Además de un busto de Madariaga, un bronce que el Rey regaló al Consejo de Europa y la escultura de Andrés Segovia dedicada a un movimiento a favor del guitarrista en Linares. Para Julio López, el misterio de su creación radicaba en que «todo emana de la misma raíz: la poesía»
Los realistas de Madrid
López Hernández pertenece al grupo de artistas que en la década de los 50 retomaron una alternativa de la tradición realista, alejada del realismo académico y del vanguardismo que en esa época cultivaron Saura, Tàpies y Millares. El pintor Antonio López y él compartían una misma postura ideológica con respecto al arte: respetar la esencia de las cosas, la verdad, y desde ahí interpretar la realidad.
Sobre algunas tendencias conceptuales de crítica social, Julio López Hernández señaló en cierta ocasión: «El exceso de documento y denuncia no tiene por qué ser arte. El arte pretende entrar en un mundo más misterioso, el que está más allá de la denuncia».
En 1989 trabajó en dos nuevos proyectos monumentales, uno protagonizado por el poeta Pablo Neruda, trabajo que fue encargado por el Ayuntamiento de Madrid; y otra para homenajear a los artistas noveles. Un año más tarde, recibió el Premio Comunidad de Madrid a la Creación Plástica, como reconocimiento al conjunto de su obra.
López fue el encargado de esculpir uno de los regalos que las Academias reunidas en el Instituto de España hicieron al Príncipe Felipe y a doña Letizia Ortiz el día de su boda. Para ello, el artista realizó una escultura que representa a la novia durante una retransmisión de telediario.
El MACA, en su colección Arte Siglo XX cuenta con la escultura de Julio López «Niña con rebeca» (1958) Bronce fundido 102 x 32 x 27 cm. De esta obra, Julio López Hernández realiza una pieza única en madera que se encuentra en la Colección de D. Joaquín Mallo, Madrid y dos bronces numerados del 1 al 2. El nº 1/2 pertenece a esta Colección de Arte del Siglo XX