Eduardo Arroyo es un artista universal, reconocido como un pilar fundamental de las artes plásticas de las últimas cuatro décadas. Lo cual no significa que su trayectoria no haya sido accidentada. Una de las fechas clave de sus comienzos es 1958 en que se traslada a París, ciudad de la luz, donde el arte en general brilla de forma especial.
Su reincorporación al panorama español no sería total hasta 1977, después de una larga ausencia de 14 años.
Eduardo Arroyo desembarca con un importante bagaje, el de un creador consolidado, reconocido fuera de nuestro país. Es el momento de la consagración, del descubrimiento para muchos de este artista total que ha estado demasiados años fuera del panorama nacional. Irrumpe con fuerza y en 1982 recibe un merecido Premio Nacional de las Artes Plásticas. Hoy sus obras se pueden ver en los museos más importantes del mundo, y en colecciones particulares donde la presencia de este artista es imprescindible. Tanto en Europa como en América es un nombre reconocido, un valor artístico seguro, que enriquece con su presencia el universo del arte más contemporáneo.
OBRA PERTENECIENTE A LA COLECCIÓN CAJA MEDITERRÁNEO
Título: El mejor caballo del mundo, 1969
Técnica: Óleo sobre tela
Biografía: (Madrid, 1937)