Fotografías, números, objetos. Todo es susceptible de ser arte en manos de Esther Ferrer, Premio Nacional de Artes Plásticas 1998. Hoy, a las 12 horas, ofrece una performance en el MACA.

– ¿Cómo interrelaciona arte y música?

– La interralación con la música depende de cómo lo interpretes. Decía John Cage que la música está en todas partes y es sólo la escucha en la que se para y comienza de nuevo. Y nosotros hacíamos música en el sentido «cagiano» del término. Pero yo no me reivindico nunca como música.

– Pero hoy hace su intervención en el marco del Festival de Música de Alicante

– No es la primera vez que vengo a este festival y me han invitado muchas veces a encuentros de música o de arte y he actuado en muchos sitios, como iglesias, hospitales, cabaret..La performance es polifacética. Las artes cada vez se asemejan más y yo creo que ya era hora, para ver si acabamos con el clasicismo y el racismo, no solo en el sentido artístico sino también social.

-¿Quizá porque la performance es el mayor grado de integración de diferentes artes?

– La performance es el arte más antiguo y más ambiguo que existe. Coge de todas las artes y se plasma en todas partes. Aunque al principio no le llamábamos performance sino acciión, que me gusta más. Todo el mundo puede transformar su arte en performance.

– En los últimos años este tipo de arte se ha aceptado y se ha prodigado como símbolo de modernidad. ¿No cree que dentro de ese término se cuelan montajes sin calidad?

– En el momento en que la acción interesó a las instituciones empezó a ser aceptada. Performance es un saco sin fondo. Uno es artista y el público decide si le gusta o no. Hay performance malas, igual que músicos o fontaneros…aunque lo bueno o malo no me gusta, lo que hay es gente que me interesa más o menos.

– ¿y qué le interesa?

– Pues una performance que hable a la inteligencia. Me gustaría tener la suficiente vitalidad para presentar cosas que hagan reflexionar y pensar al espectador. Otro tipo de acción me puede gustar pero las que me interesan son las que me hacen pensar, reflexionar más bien.

– Una performance se presenta y desaparece, al volver a representarla nunca es la misma.

– Yo siempre añado o quito algo. De hecho, mañana (por hoy) voy a añadir elementos que no he puesto antes. Hay otras acciones que no vuelvo a repetir. Es lo que me gusta. Lo ve la gente, lo guarda en su memoria y ya está. Ahora es más importante la documentación que hacer las cosas, si no lo documentas o dejas un testimonio no has hecho nada. Además en los años 60 nadie iba a ver una performance con una cámara. Las cosas se hacían y no quedaba luego ninguna documentación, como mucho un papel anunciando que se iba a hacer..A lo mejor resulta que no tener nada es bueno.

– Pues parece que ahí vamos, porque la cultura está sufriendo mucho con los recortes.

– Si hay recortes en todos los sectores no veo por qué la cultura no va a sufrirlos. Lo que no me parece bien es que la cultura sea la primera en la que se aplican. Esto da idea de lo que busca un gobierno. Creo que si la educación y la cultura sufren recortes drásticos el país va mal.

– ¿Qué haría falta para que la gente valorase más la cultura?

– Quizá sean los que gobiernan los que deban tener u poco más de cultura para favorecerla.

– ¿Hasta qué punto es importante la formación para apreciar y valorar el arte?

– Bueno, todo el mundo puede apreciar el arte, sin tener que este formado. Si te acercas con buena voluntad, eso sí; si te pones un filtro es más difícil. Hay que intentar comprender el arte con buena voluntad y así puedes establecer un diálogo. A lo mejor no entiendes lo que el artista ha querido hacer, pero eso no importa, lo importante es el diálogo que se establece.

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