Esther Ferrer, Autorretrato en el tiempo

Autorretrato en el tiempo es una obra perteneciente a la Colección CajaMediterráneo depositada en el MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, por un período de cinco años, gracias al convenio suscrito por y el Ayuntamiento de Alicante.

La Colección Caja Mediterráneo está compuesta por 213 obras de arte. Abarca un arco cronológico que recorre desde la transición democrática hasta nuestros días; incluye pintura, escultura, fotografía, vídeo, instalaciones, técnicas digitales… y recorre la obra de 126 artistas, los nombres más imprescindibles del panorama español contemporáneo.

Esther Ferrer (San Sebastián, 1937).

Licenciada en Ciencias Sociales y Periodismo, en 1963 crea junto al pintor José Antonio Sistiaga el primer Taller de Libre Expresión y una escuela experimental en Elorrio (Vizcaya) que sirvió de referente para la formación de otros grupos en el resto de España.

En 1967 se integra en el Grupo Zaj junto a Juan Hidalgo, Ramón Barce y Walter Marchetti, primer grupo de arte conceptual español cuyo objetivo era el motivar al espectador experimentando sensaciones a través del arte, para así romper su pasividad. Esther formará parte de este Grupo hasta su disolución en 1996.

Interdisciplinaria y pionera en España de la performance, herramienta de trabajo que ella manipula según lo que quiera transmitir, ha realizado esta expresión del arte en festivales de todo el mundo: España, Alemania, Italia, Suiza, Bélgica, Francia, Dinamarca, Noruega, Inglaterra, Polonia, Cuba, México, Brasil, Canadá, Japón… También ha impartido numerosos cursillos en Universidades y Escuelas de Bellas Artes en España y el extranjero, representando en 1999 a España en la Bienal de Venecia y concediéndosele en 2008 el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Artista absolutamente independiente, trabaja dejándose llevar por sus ideas y sentimientos, no admitiendo nunca una imposición. El tiempo, la repetición y el infinito son temas que le obsesionan como podemos apreciar en sus trabajos, pero también está muy preocupada por dramas sociales como la emigración, el sexismo o el paro, utilizando sus obras como protesta, sin preocuparle si los demás las califican de arte o no o de si son más o menos comprometidas. Aunque piensa que el arte por sí sólo no puede cambiar el mundo, no le quita importancia a la influencia que ejerce dentro de un conjunto, aportando, sin duda, un importante grano de arena.

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Autorretrato en el tiempo, Esther Ferrer

 

[/twocol_one] [twocol_one_last]Libro de las cabezas. 

Autorretrato en el tiempo (1981-1999)

Fotografías en blanco y negro sobre aluminio

Doce imágenes de

80×100 cm. c/u.

Colección CajaMediterráneo[/twocol_one_last] [hr]

La obra Autorretrato en el tiempo (1981-1999) es un buen ejemplo. Compuesta por doce composiciones fotográficas, cada una con dos mitades del rostro de la artista unidas por el centro, concebida como un work in progress, se desarrolla con imágenes que abarcan un espacio temporal de cinco años en los que la artista ha ido fotografiando su rostro, de manera que los lados derecho e izquierdo son combinados cada uno correspondiendo a un momento distinto. La imagen de cada fotografía ocurre en un tiempo concreto, pero también en un espacio concreto. Uniendo el antes y el después nos muestra el deterioro que provoca la vida, cómo el tiempo nos transforma, cómo la persona, aun siendo la misma y conservando determinados rasgos, cambia, se modifica, permaneciendo solo la identidad inalterada: cómo envejecemos de manera visible.

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