En la sala Núria Espert del Teatro Principal, amablemente cedida por el Ayuntamiento de Alicante y el Banco Sabadell, reunimos una tarde a seis de las mujeres que dirigen la cultura en la ciudad. Entre ellas se establece un diálogo del que reproducimos los momentos más destacados.

P: ¿Dirigen o reflejan la cultura?

Catalina Rodríguez: Reflejamos lo que se hace no solo en la ciudad sino en toda España y vamos creando cultura en la medida de nuestras posibilidades.

Chini Manero: Desde una entidad privada reflejamos lo que nos gusta. La diferencia de mujer u hombre no lo veo. Me gusta mucho educar, y desde nuestra más humilde postura, estoy encantada con la gente que viene a aprender porque no había entrado nunca a una galería de arte. Y me encanta que me  pregunten porque siento que estoy poniendo mi granito de arena para hacer algo, contando que solo quedamos dos galerías en la ciudad.

TECHO DE CRISTAL

P: ¿Sienten que hay un techo de cristal a nivel profesional?

Joserre Pérezgil: Cuando llegamos a ciertos niveles se delega más en el tema masculino. Yo no he sentido esa discriminación entre hombre y mujer porque accedes por tus méritos, sí en los altos cargos hay realmente más hombres.

Juana María Balsalobre:  No sucede solamente en la cultura.

C.R: También es por la edad de los que copan los puestos directivos, entre 50 y 60 años. Las mujeres tampoco se nos dejaba ascender tanto porque sacrificaba su profesión en función de la pareja y creo que se va a invertir el término.

R.C: Creo que no. 475 años decía la Unesco que faltaban para llegar a la igualdad. Tendríamos que haber llegado a los puestos de dirección y no hemos llegado.

J.P: En una generación en que fuimos superwomen, lo digo porque tengo 60 años, teníamos la casa y trabajábamos fuera. Una generación que ha asumido una serie de competencias para demostrar que era capaz de ejercer como ama de casa, porque era el rol establecido, y además demostrábamos que éramos capaces de trabajar.

Susana Guerrero: Yo pienso que en diez años esto se puede igualar.

R.C: Las cifras de ARCO eran espectaculares. No vamos hacia delante, vamos hacia atrás.

J.M.B: Individualmente hemos conseguido unas cuotas de libertad pero no creo que sea lo general. Me encantaría decir que esto va a ser una realidad ya.

ALICANTE SE MUEVE

P: ¿Dónde se sitúa Alicante en el mapa cultural?

C.R: Veo una ciudad mediana que ha despegado mucho en poco tiempo. El despegue de la mujer cuando acabé la carrera venir a Alicante a trabajar era impensable, porque no había nada.

J.M.B: Se mueve mucho, con mucho esfuerzo. Hemos cambiado. Cuando invitas a exponer a una estudiante que está fuera, en Londres o Berlín, dice qué gozada estar aquí, aunque las condiciones económicas que les das seas ajustadas.

C.M: Con el evento PHOTOALC la gente está encantada, ha venido mucha gente a la galería y lo buscan y van de una sede a otra. Cuando haces algo, la gente responde. Cuando trajimos Ouka Lele a Alicante estaba encantada con lo que había y notaba que es una ciudad que se movía.

C.R: La gente que viene nos dice que hacemos más cosas que Valencia, porque Valencia se ha quedado estancada. No nos creemos lo que hay.

C.M: No nos vendemos muy bien, nos movemos en la incredulidad, con gente que nos dice que Alicante aún tiene que salir. No entiende lo que se hace.

R.C: En el Observatorio de la Cultura no aparecemos, nadie sabe nada de Alicante. Podemos tener una percepción pero no se sabe nada.

J.M.B: No sabemos visibilizar lo que se hace cara al exterior.

ALCALDESA Y PRESIDENTA

P: ¿Que Ayuntamiento y Diputación estén dirigidos por mujeres facilita las cosas?

J.M.B: Hay una sensibilidad. La presidenta escucha siempre.

J.Pérezgil: Desde  dentro de la Diputación hay una sensibilidad mayor de publicidad y poner en valor todos los museos y estados culturales. Cosa que antes no pasaba. Había una carga muy importante en el Marq porque es una fundación y la cobertura que teníamos los demás centros era mucho menor. El poco dinero que hay se está racionalizando y dando con unos criterios más consistentes, de poner en valor todos aquellos centros públicos que dependen de la Diputación.

J.M.B:  La suerte que tenemos en el Gil Albert es que es un organismo autónomo pero para aprobar las actividades hay una comisión permanente. Están todos los directores, los interventores, la secretaría general, la presidenta, el diputado de cultura y ahí se debate todo. Se habla de un tema y se prepara una actividad y cuando la pones en la mesa, todos opinan y ella dice la directora del departamento, qué opine.

P: ¿Y en el Ayuntamiento no?

R.C: La alcaldía delega la gestión cultural en el concejal.

J.P: En diputación también pasa, tenemos una directora de área. Y la relación también es fácil.

R.C: La mayoría de nuestros proyectos no llegan directamente a alcaldía.

C.R: Nosotros los presentamos al concejal y se supone que a este el plácet lo da la alcaldesa.

J.M.B: Lo nuestro es como esta mesa

J.P: La relación entre la parte administrativa, la técnica y la política está conjuntada en estos últimos años, en armonía.

LA MARCA CULTURAL

C.M: Para mí depende más de la sensibilidad de las personas. Desde fuera lo que echo de menos es la falta de apoyo a una marca Alicante Cultura.

R.C: Tanto presidenta como alcaldesa tuvieron encima de su mesa el proyecto Alicante Cultura.

J.P: El año pasado con el Día de los Museos, cuando por primera vez conseguimos que saliera todo bajo un mismo paraguas, se hizo una web y unos folletos.

R.C: Este municipio no se ha acogido a la Agenda XXI de la Cultura, un sistema que pone a la cultura como factor de desarrollo de la ciudad. Una ciudad como Alicante debería tenerla.

C.R: Hay mucha gente en Alicante que piensa que con la crisis el gasto en la cultura es una barbaridad. Y esto es comida para el espíritu y para el entorno.

C.M: Yo cuando hago turismo también busco la parte cultural, aparte de los museos. En Amsterdam tienen una ruta de las galerías por ejemplo. No quiero que me den nada, ni subvencionen nada, pero al menos que pueda apoyarme en otras infraestucturas culturales, que forme parte de algo, no ser una islita. Que Alicante ofrezca algo. Te ven como una cosa extraña ¿por qué no nos pueden conocer por algo más?

R.C: Málaga es una ciudad muy parecida a nosotros en estructura turística y de repente, ha convertido la cultura en factor de desarrollo.

J.M.B  Desde arriba lo decidieron. Y eso va armando una ciudad.

C.M: En dos años hemos creado una marca del tardeo, está muy bien, pero apoyado en otras cosas. ¿Por qué no puede funcionar?Por qué no creen en ello.

S. G: Esto se tiene que crear desde la individualidad de cada uno y sobre todo de los que mueven algo.

J.M.B: A partir de la marca todo el mundo se unirá.

C.M:  Ahora somos como hechos aislados.

C.R: También que cada uno sepamos donde está el otro para sumar y no restar, porque si yo hago lo mismo que estás haciendo tú, estoy desvirtuando las cosas. Existe descoordinación porque todo está basado en el secretismo, vamos en plan individual y luego nos chafamos cuando podríamos intentar complementar.

C.M: Para mi la iniciativa conjunta de PhotoAlc ha sido una gran apuesta. Ha creado una red ¿No se puede hacer la del arte?

J.P: Muchas veces hay tantas actividades a lo largo de la semana que nos solapamos.

C.M: Si las autoridades creyeran en Alicante Cultura, lo harían, es que se han hecho otras cosas. No acaban de pensar que aporta un valor positivo a la ciudad, están en otros frentes.

PERSPECTIVA DE GÉNERO

P: ¿Cuándo programáis lo hacéis desde una perspectiva de género?

J.M.B: Desde el Gil Albert intentamos que cuando hacemos Arte en la Casa Bardín lo tenemos en cuenta.

J.P: Nosotros en el museo no lo contemplamos. Lo planteamos desde traer unas exposiciones para que vayan abriendo un abanico más amplio al público.

R.C: En el XIX había muchas mujeres

J.P: En la exposición que trajimos de la pintura entre siglos del XIX había dos pintoras pero porque es lo que hay dentro de la colección del museo.

C.M: Yo me siento muy alejada de eso porque no me lo planteo para nada. Ahora nos preguntan muchas mujeres por qué no traemos desnudos masculinos si tenemos dos exposiciones de femeninos.  No había intención. No me lo planteo así. No elegí a Juan Palomares por su denuncia de la manipulación, lo elegí porque me gusta.

J.M.B: Como institución pública intentamos abrir el abanico, apoyando a artistas jóvenes.

R.C: Vemos la historia del arte cómo nos las han enseñado, la han hecho hombres porque la han escrito hombres. Con lo cual hay muy pocas mujeres en esa historia del arte. Que la tengamos asumido y lo veamos como natural, es antinatural.

C.M: También he tenido mujeres que me han dicho para qué quieres el desnudo masculino, el femenino es mucho más bonito.

R.C: Al final es como lo que dicen las Guerrilla Girls, ¿tenemos que estar desnudas para estar dentro de un museo?

C.M: Yo apoyo lo que dice Rosa, no lo hago con esa intención pero en mi subconsciente sí. Nos lo han contado así y yo no lo hago con esa intención, viene de atrás.

R.C: Habrá que empezar a coger ese discurso con alfileres y replantearlo. Lo que no puede ser es que el 80% de los artistas sean mujeres y se vean menos.

J.M.B: A mí quizás me tiene muy sensibilizada por todo lo que hago con la Universidad. Pero no soy yo como individuo, en la Comisión, en la que hay hombres y mujeres, también tenemos esa intencionalidad.

C.M: Si hiciera un balance de exposiciones quizás tendría un 80% de hombres y un 20% de mujeres. Me parece muy bien vuestro papel pero desde un ámbito privado lo veo diferente.

R.C: Hay que reivindicar un papel y una visibilidad ¿Programamos desde el género? Sí, porque miramos de una manera diferente. Otra cosa es que programemos hombres y mujeres. Trabajamos de una forma diferente, yo al menos trabajo en un sistema horizontal. Intentamos que miren de otra manera.

C.M: Le he preguntado a los autores de las fotografías y ¿por qué mujeres? Porque nuestras modelos eran mujeres, respondieron. Pero también teníais modelos masculinos. Sí, pero nos hemos centrado en el desnudo femenino, me decían. Y son un hombre y una mujer quién lo hace.

S.G: El año pasado hablamos en una entrevista de si había sentido discriminación y yo nunca la he sentido, luego al ver las cifras no me lo podía creer.

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