Colección Fundación Caja Mediterráneo. Depósito temporal.
Antoni Tàpies, Blanco con cuatro signos negros, 1964-1965. Óleo sobre lienzo
Fechas de exposición: de octubre de 2013 a febrero de 2014.
El MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante ha invitado en esta ocasión a la obra de Antoni Tàpies titulada “Blanco con cuatro signos negros”, una gran obra del artista catalán que establece diálogo con el grupo de obras de la Colección Arte Siglo XX que atiende a la generación española de los 60, incluyendo en la misma sala un pequeño Tàpies titulado Dues Parpelles. La pieza se ha instalado por un periodo temporal determinado entre los meses de septiembre de 2013 y enero de 2014 en la Primera Planta del MACA, junto a las obras de Millares, Chillida, Torner, Rivera, Zóbel y el propio Tàpies.
Blanco con 4 signos negros es una obra impactante no sólo por el carácter de su iconografía, sino también por la auténtica lucha que se establece entre la oscuridad y la luz, una característica peculiar de la obra tapiana. Si el color negro conecta de una manera u otra con la idea de la muerte, el color blanco sugiere la esperanza de la luz. Obra de gran tamaño donde destacan elementos en negro sobre el fondo blanquecino uniforme de la tela. Los que se sitúan en la parte central en disposición vertical son simplemente líneas negras, mientras que los que se encuentran en los extremos del eje central horizontal pueden leerse como dos letras, la “A” y la “T”. Lo cierto es que estas letras aparecen con gran frecuencia en la obra tapiana, pues son las iniciales del nombre y apellido del artista. Son por tanto la clara alusión a la presencia del artista en la obra; incluso pudieran entenderse como una firma. Al mismo tiempo, es necesario decir que especialmente la “T” aparece en muchas obras de Tàpies: esa letra es también la cruz, característica esencial de la iconografía cristiana.
Por supuesto Antoni Tàpies no solo habría heredado esa tradición iconográfica del barroco español, sino del arte religioso de todas las épocas. Por lo general, los títulos de las obras de Antoni Tàpies ofrecen poca información al espectador, en tanto que son escuetos y sólo hacen referencia a algún aspecto determinado de la obra o ni siquiera eso, ya que son sintéticos. Al ofrecer tan poca información acerca de su obra, el artista, potencia la necesidad de aquellos que la observan, de indagar qué ocurre en ella, de qué se trata. Esa es precisamente la cuestión esencial: ser capaz de desencadenar en aquellos que observan con detenimiento y desean saber más en torno a la obra, un proceso de reflexión que les conduzca a desvelar los enigmas que las obras proponen, tanto en particular como en conjunto.